Nuestro modelo parte de la educación personalizada con los alumnos; es decir, dentro del salón de clases se planean actividades que identifican los diferentes estilos de aprendizaje de los alumnos a fin de potencializar sus talentos. Se trabaja principalmente en el aprendizaje activo en el que las interacciones continuas y creativas en diferentes Zonas de Trabajo, con personas, materiales e ideas, fomentan el crecimiento mental, emocional, social y físico de los niños, atendiendo a rutinas de trabajo que promueven la formación de hábitos y la adquisición de seguridad personal. De estas vivencias, los alumnos se enfrentan a problemas reales, superan retos, trabajan en equipo, manejan sus emociones y lo más importante, logran la disciplina necesaria para alcanzar sus metas.
Tejemos fuertes lazos entre el alumno y el maestro, ya que éste es el perceptor de cada uno de ellos, siendo una guía en su desarrollo integral para ser mejores personas, todo esto en colaboración con psicólogos, coordinadores y directivos, así como el trabajo conjunto de padres como primeros educadores y profesores como colaboradores en el diseño del proyecto de vida de sus hijos. Estos valores están integrados por eslabones que componen la gran familia Makarenko rodeando al alumno.